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22 de marzo de 2011

El Pozuelo no merece ésto

Foto de Javier Martín para IDEAL y portada de IDEAL del 27/12/2009

En un artículo anterior hablábamos de la política nefasta que los dirigentes del régimen sanchista (padre e hija) están llevando a cabo en materia medioambiental. Todos sabemos de las prácticas negligentes que han cometido en los últimos años. Pero también sabemos el total abandono y la absoluta despreocupación de los dos alcaldes ante la limpieza y el cuidado de nuestro entorno natural. Dentro de ese entorno, las playas cumplen un papel fundamental, ya que nuestro desarrollo turístico depende en gran parte de ellas. Sin embargo, el resultado del desgobierno y de la falta de escrúpulos lo podéis ver en las fotos de arriba. Una portada y un reportaje a toda página en el diario Ideal, el más importante de la provincia y de los primeros de Andalucía, así como la evidencia del lamentable estado en el que se encuentra la playa de El Pozuelo.

Como cada vez que aparece en los medios alguno de los cientos de problemas que tenemos debidos a la incompetencia de nuestros alcaldes (y eso que tenemos dos... y cobrando), estamos esperando a la excusa que pondrán para intentar justificarse. Como hacen siempre, echarán la culpa a otros, dirán que no tienen responsabilidad ni competencias... y bueno, toda la sarta de mentiras y palabrería barata a la que nos tienen acostumbrados. Pero ante un asunto tan grave no podemos permitir que nuestro gobierno municipal eche balones fuera. Hay que exigir responsabilidades y pedir cuentas a quienes se encargan de gestionar y gobernar, sobre todo cuando hablamos de algo tan importante y vital como la conservación del Medio Ambiente y nuestro entorno natural.

El Pozuelo es un pueblo tan importante para el Municipio como puede serlo Albuñol, La Rábita o Los Castillas, aunque por desgracia, desde hace muchos años, se le ha tenido muy poco en cuenta y se han olvidado de sus vecinos. Incluso a veces, les han intentado convencer de que deben conformarse con lo que tienen. Pero el conformismo no es justo, porque El Pozuelo es un pueblo con un potencial enorme de cara al desarrollo turístico y económico de la costa. Por su situación y características geográficas, podría ser un lugar envidiable en todo el litoral. Quién no recuerda o ha escuchado hablar de cuando se llenaba de turistas durante todo el verano, y tenía una vida y un ambiente fantásticos. Sin embargo, como decimos, siempre han sido los grandes olvidados del municipio. Y el resultado de ese olvido es, entre otras tantas cosas, la situación que tan dramáticamente bien describen las fotos.

Por ello, desde Convergencia Andaluza del Municipio de Albuñol queremos aprovechar por reivindicar la necesidad de invertir y trabajar en El Pozuelo para dar a sus vecinos el bienestar, los servicios, las infraestructuras y, en definitiva, el pueblo que merecen. A diferencia de otros, para nosotros El Pozuelo no es un pueblo de segunda. Creemos en sus posibilidades, en su potencial y en sus vecinos y vecinas; y por ello, vamos a trabajar para que se convierta en una de las joyas del municipio y de la costa granadina. Es posible.

9 de marzo de 2011

EL CAMBIO QUE LA RABITA NECESITA

El punto de partida
 
Si algo sabemos los rabiteños, es que en los últimos años las cosas han cambiado mucho en nuestro pueblo. Desafortunadamente, estos cambios no han significado una evolución, sino más bien un claro empeoramiento de nuestra calidad de vida en todos los sentidos. Hemos sido testigos de cómo nos quedábamos rezagados ante el desarrollo y el avance de otros pueblos vecinos similares al nuestro. La Rábita podría ser ahora un lugar envidiable y uno de los motores económicos de la costa, porque tiene la historia y el potencial para ello. Sin embargo, miramos a nuestro alrededor y sólo vemos basura, abandono, oscuridad, soledad… La Rábita no es ni mucho menos lo que un día fue. Y todo ello, en un ambiente de división entre los vecinos que no ayuda en ningún caso. Hemos llegado a un punto en el que la situación se ha hecho insostenible e insoportable; y por ello, todos somos conscientes de que es necesario cambiar. Un cambio político, social y económico es lo único que puede ayudar a enderezar la situación, devolviendo a nuestro pueblo al lugar donde debe estar, y ofreciendo a los vecinos y turistas la calidad de vida que merecemos y merecen.

Son varias las razones que nos han llevado a esta lamentable situación. El primer paso para construir el cambio debe ser identificarlas.

Por un lado, en los últimos ocho años se ha venido produciendo un abandono de la inversión en infraestructuras, mantenimiento y limpieza. El resultado es que nos encontramos con un pueblo totalmente abandonado, destrozado, sucio y desorganizado; y  la consecuencia directa es la progresiva disminución de turismo y empeoramiento de la calidad de vida de nuestros vecinos. El siglo XXI todavía no ha llegado a La Rábita: calles resquebrajadas, aceras sucias, farolas fundidas y rotas, árboles secos, playa abandonada, luz que se va constantemente, agua que se corta… la lista es interminable, y la situación es insoportable.

Al mismo tiempo, no contamos con unos servicios acordes con los tiempos que corren y los impuestos que pagamos. No disfrutamos de unos servicios sociales decentes que, por ejemplo, hagan más fácil la vida de nuestros mayores; no existen las políticas activas de empleo, que ofrezcan ayuda a quienes se encuentran en situación de desempleo; no tenemos una oferta cultural y de ocio decente; brilla por su ausencia la política educativa; no contamos con un área de deportes que ofrezca un servicio adecuado; las políticas de Medio Ambiente no sólo no existen, sino que se fomenta su no conservación y su destrucción; en urbanismo, ya sabemos el descontrol y la arbitrariedad que ha reinado; en otras áreas como juventud, salud, asociacionismo las cosas funcionan de las misma forma. En definitiva, no tenemos nada, ni se hace nada.

Además de la nefasta gestión, la opacidad y el autoritarismo con el que padre e hija dirigen y controlan el ayuntamiento, no hacen sino empeorar la situación, dando lugar a la desigualdad, al nepotismo, al miedo, y a la manipulación que caracterizan al funcionamiento de las instituciones municipales y que marcan las relaciones ayuntamiento-ciudadano. Su forma de gobernar se aleja mucho de sus siglas y de las reglas del juego democrático; y recuerdan más a la España de la dictadura, del ordeno y mando, de la falta de libertad. Ello ha perjudicado y sigue perjudicando nuestra vida día a día.

Nuestro compromiso con La Rábita

Todos estos problemas, que se reflejan claramente en la realidad y el día a día de la vida en La Rábita, han venido provocados por tres razones: la mala gestión política y económica del Ayuntamiento dirigido por José y María José Sánchez (padre e hija); por la estrategia equivocada y el mal-hacer del Partido Independiente de La Rábita; y por la falta de oposición, la permisividad y la complicidad de otros partidos. Todos estos partidos y sus dirigentes han contribuido de una u otra forma para que nuestro pueblo esté en esta lamentable e insostenible situación; pero hay que reconocer que los principales responsables son el PSOE-CPM y el PIRL.

Por un lado, es bien conocido el desprecio del sanchismo hacia La Rábita y los rabiteños. No sabemos por qué, pero su objetivo siempre ha sido dejar a nuestro pueblo de lado, generando agravios comparativos y conflicto. Para ellos somos un pueblo de segunda  categoría, que debe estar marcado siempre por el estigma de no ser la “capital” del municipio. Para probar ésto, no hace falta perder demasiado tiempo con las palabras, ya que basta con darse un paseo por nuestras calles. Durante los gobiernos del CPM y del actual CPM-PSOE, el abandono y la falta de interés es más que evidente. Incluso antes, la falta de autonomía en la toma de decisiones debida al afán autoritario del padre, ya provocó -bastantes años atrás- que muchos concejales socialistas de La Rábita dimitieran de sus responsabilidades. Es lógico y está totalmente justificado el hartazgo de los vecinos de La Rábita. Sin embargo, en este sentido, no conviene confundir los términos. El PIRL, sin ir más lejos, siempre ha derivado dicho hartazgo en una acusación directa a “los políticos y los partidos de Albuñol”, responsabilizándolos de la situación. Para los “independientes”, la cuestión relevante es que los gobernantes son de Albuñol, y por ello dejan a La Rábita de lado. En realidad, el problema no viene originado por el lugar de nacimiento o residencia de los gobernantes, sino por su voluntad política y su capacidad de gestión. Es decir, los problemas de abandono y falta de inversión de La Rabita no vienen dados porque el alcalde o la alcaldesa de turno sea albuñolense, sino por su incompetencia y falta de compromiso. Si padre e hija quisieran ver a La Rábita con un nivel adecuado de desarrollo y un buen nivel de vida, lo hubieran podido hacer. 

Convergencia Andaluza tiene claro su firme y contundente compromiso con el desarrollo de La Rábita en condiciones de absoluta igualdad con Albuñol. La razón es sencilla: el desarrollo de Albuñol depende directamente del de La Rábita, tanto como el de La Rábita depende de Albuñol y otros pueblos y municipios aledaños. Creemos que son cinco las bases sobre las que debe sostenerse el futuro de nuestro pueblo:
1.- Gestión económica que potencie el desarrollo turístico, agrícola y empresarial de La Rábita; prestando especial atención a su patrimonio histórico-cultural.
2.- Toma de decisiones democrática en condiciones de igualdad, dando total autonomía a los vecinos y representantes políticos de La Rábita, así como total libertad de elección para decidir qué es lo mejor para el pueblo.
3.- Impulso de las nuevas infraestructuras en La Rabita, así como conservación de las ya existentes. Cambio en la gestión y mejora de los servicios públicos.
4.- Impulso de medidas de desarrollo democrático y social, que fomenten la participación activa de la ciudadanía en las actividades públicas sin divisiones ideológicas, partidistas, religiosas, étnicas, de género, etc.
5.- Atención personalizada a los problemas cotidianos de los vecinos.

El objetivo es claro: a través de nuestra voluntad política y nuestro compromiso con el cambio de gestión política y económica, queremos sacar a La Rábita del pozo en el que se encuentra sumida tras dos legislaturas de pacto entre el sanchismo y el Partido Independiente. 

Nuestra voluntad para realizar los cambios políticos, económicos y sociales necesarios para devolver a La Rábita al lugar que merece es indiscutible e irrenunciable; y en dichos cambios incluimos cualquier medida, entre ellas, la Entidad Local Autónoma.

La Entidad Local Autónoma

La conversión de La Rábita en Entidad Local Autónoma es un tema tan polémico como importante para nuestro pueblo. La ELA es una descentralización administrativa que permite gestionar algunos asuntos a un determinado núcleo de población de un término municipal. Según la legislación vigente, en dicho núcleo deben concurrir una serie de características económicas, culturales o históricas que permitan comprobar la existencia de unos intereses diferenciados del resto del municipio. Las competencias de una ELA son, básicamente, el mantenimiento de calles y vías urbanas, el mantenimiento del Alumbrado Público, la limpieza y recogida de residuos, la organización de ferias y fiestas locales, la gestión del mercado de Abastos, la gestión del agua y saneamientos, la concesión de licencias de obras menores, y otras que voluntariamente delegue el ayuntamiento matriz.

Los rabiteños tenemos todo el derecho a defender la existencia de unas diferencias históricas y económicas que nos avalen el otorgamiento del estatus de ELA; y así, tenemos todo el derecho a solicitarla, reivindicarla y luchar por conseguirla. A este respecto no cabe discusión alguna, pues nuestro derecho está muy por encima de cualquier valoración negativa o positiva que pudiera hacerse. Convergencia Andaluza no es ajena al sentir de los rabiteños, y por ello expresa su opinión favorable a la creación de la Entidad Local Autónoma de La Rábita. Sin embargo, queremos marcar una clara diferencia con el Partido Independiente en cuanto a la actitud y la estrategia política para conseguirla.

Desde 1995 el PIRL ha “defendido” a La Rábita a través de la generación de división en los rabiteños, de odio hacia Albuñol y los albuñolenses, y de una estrategia política basada en pactos de gobiernos con esos “partidos de Albuñol” que tanto critican. Dieciséis años (16) en los que han usado a La Rábita y a su futuro como escudo humano y moneda de cambio para una hipotética consecución de la ELA. Malvendieron sus votos al CPM y luego, tras prometer a sus votantes que no lo volverían a hacer, se entregaron de nuevo al sanchismo, a sabiendas de que lo que vale la palabra de padre e hija. En las dos últimas legislaturas, ofrecieron su apoyo a la investidura de José Sánchez a cambio de su apoyo para la ELA. No pidieron nada más a cambio, hipotecando así el presente y el futuro de nuestro pueblo. Aprobaron y dieron su consentimiento a todas las propuestas y medidas del sanchismo, aunque estas fueran perjudiciales para La Rábita, o supusieran el incumplimiento de promesas electorales. El resultado es la situación que hemos expuesto al principio. A la mayoría de rabiteños nos cuesta todavía creer cómo es posible que fueran engañados dos veces de la misma forma; y de cómo durante ocho años no hicieron absolutamente nada por defender a La Rábita es pos de una ELA que ellos sabían perfectamente que no iba a salir adelante, dado que el CPM-PSOE es radicalmente contrario a ella. Los rabiteños todavía estamos esperando una explicación, porque el precio que hemos pagado ha sido muy alto: ocho años de parálisis y abandono total. No es extraño que no sean pocos los vecinos que, ante la falta de una explicación lógica por parte del PIRL, piensen que o son unos verdaderos incompetentes, o hay algún tipo de interés que no conocemos. A estas alturas, ya no merece la pena volver la vista atrás demasiado. Ahora es momento para mirar al futuro.

Y desde Convergencia Andaluza queremos plantear ese futuro lejos de la estrategia seguida por el PIRL. Nosotros no queremos basar nuestro apoyo a la ELA en el desprecio a Albuñol y los albuñolenses. Al contrario, creemos que la única vía posible para lograr la ELA es a través del diálogo constructivo, el consenso y el acuerdo. Los albuñoleneses deben entender que las aspiraciones de La Rábita son legítimas y beneficiosas para el municipio; pero de la misma forma, los rabiteños debemos entender que la ELA no puede suponer un perjuicio ni una fuente de agravios con Albuñol y los demás pueblos del municipio. La única forma de entenderse y hacerse entender es hablando, dialogando y negociando de forma educada y constructiva. 

Esta es la forma en la que Convergencia Andaluza quiere alcanzar la ELA para La Rábita. Una ELA que beneficie a La Rábita, pero que en ningún caso perjudique a Albuñol y a los demás núcleos de población. Como hemos indicado antes, nuestra visión es amplia, y creemos que los intereses de todos los pueblos de la costa y la Alpujarra están directamente relacionados. La relación de intereses entre La Rábita y Albuñol es más fuerte si cabe, por lo que tenemos que ser conscientes de que, más allá de la ELA, tenemos una clara relación de dependencia mutua, por lo que la colaboración siempre nos hará más fuertes y más competitivos. Esto es algo que los futuros gestores de la ELA de La Rábita deberán tener en cuenta si no quieren fracasar.

El cambio para La Rábita

Como dijimos en nuestra presentación, las razones que nos hicieron crear este proyecto para el cambio y presentarnos a las elecciones municipales fueron el hartazgo por la situación política y económica del municipio, recoger y expresar el sentimiento de abandono de los vecinos, y llevar a cabo un cambio que nos saque del pozo en el que nos estamos ahogando. Los rabiteños estamos sufriendo como nadie esta situación, y por ello creemos que es necesario un cambio en todos los aspectos de la gestión política y pública para dar a nuestro pueblo y a los vecinos el bienestar y la calidad de vida que merecemos. 

Nuestra prioridad es la mejora de nuestro pueblo y de la calidad de vida de vecinos y visitantes. Para ello es necesario cambiar el modelo de gestión, mejorar nuestras infraestructuras, dar mejor atención a los problemas que surgen día a día, impulsar el desarrollo social y económico, introducir medidas y políticas innovadoras, mejorar nuestra calidad democrática, y, en definitiva, sacar a La Rábita del estancamiento y trasladarla al siglo XXI, para que vuelva a ser la punta de lanza del desarrollo en la costa.

Somos rabiteños, queremos a nuestro pueblo y vamos a luchar por él desde Convergencia Andaluza. No nos mueven los eslóganes, ni el discurso fácil, ni las bonitas palabras; sino sólo y tan sólo las ganas de trabajar por La Rábita, y ayudar a traer el cambio que necesitamos, para de una vez por todas vivir en el pueblo que merecemos. Para ello, necesitamos que los vecinos de La Rábita nos presten su apoyo, su confianza, y una oportunidad para demostrar que las cosas se pueden hacer de otra forma, y que podemos tener un pueblo mejor.

Fdo. Convergencia Andaluza de La Rábita.